La Zona Arqueológica Bien de Interés Cultural denominada Cerro de Plaza de Armas de Puente Tablas es propiedad de la Junta de Andalucía y cuenta con una superficie vallada de 304.217 m2. Se localiza a 4 Km. al N.E. de Jaén, en la margen izquierda del río Guadalbullón, dominando la campiña oriental jiennense. La meseta donde se ubica el poblado, con casi 6 Hª de extensión, consiste en dos afloramientos calizos unidos por una vallonada sedimentada arqueológicamente y habitada desde el último tercio del s. IX a. C. El flanco O. que da al río constituye una defensa natural por su escarpe calizo, mientras que los límites N. E. y S. están rodeados por una muralla, visible en un tramo de 200 m. La aparente unidad del recinto amurallado es el resultado de refacciones, añadidos y superposiciones de lienzos y bastiones a lo largo de la etapa de habitación del oppidum (1ª mitad del s. VII a. C. fines del S. II/principios del II a. C.). El alzado conservado de la muralla se compone de muros aplomados a los cuales se le adosa una serie de bastiones contrafuertes cuadrangulares. Están construidos a base de cajones por tramos, con piedras desbastadas en las caras externas y núcleo de cascajo, todo trabado con barro. Queda algún resto del remate, que consistió en un recrecido de adobes o tapias, así como algunos sectores con revoco enlucido de cal. El terreno en la base de la muralla se afirmaba mediante pequeñas terrazas o bancales de piedra y un relleno de tierra apisonada. Al interior del poblado se aprecia un complejo de casas y calles de trazado ortogonal, del que se ha excavado en extensión una franja en dirección E O que muestra un área organizada urbanísticamente desde el s. VI a. C.
jueves, 5 de enero de 2012
Zona Arqueológica Bien de Interés Cultural denominada Cerro de Plaza de Armas de Puente Tablas (Jaén)
La Zona Arqueológica Bien de Interés Cultural denominada Cerro de Plaza de Armas de Puente Tablas es propiedad de la Junta de Andalucía y cuenta con una superficie vallada de 304.217 m2. Se localiza a 4 Km. al N.E. de Jaén, en la margen izquierda del río Guadalbullón, dominando la campiña oriental jiennense. La meseta donde se ubica el poblado, con casi 6 Hª de extensión, consiste en dos afloramientos calizos unidos por una vallonada sedimentada arqueológicamente y habitada desde el último tercio del s. IX a. C. El flanco O. que da al río constituye una defensa natural por su escarpe calizo, mientras que los límites N. E. y S. están rodeados por una muralla, visible en un tramo de 200 m. La aparente unidad del recinto amurallado es el resultado de refacciones, añadidos y superposiciones de lienzos y bastiones a lo largo de la etapa de habitación del oppidum (1ª mitad del s. VII a. C. fines del S. II/principios del II a. C.). El alzado conservado de la muralla se compone de muros aplomados a los cuales se le adosa una serie de bastiones contrafuertes cuadrangulares. Están construidos a base de cajones por tramos, con piedras desbastadas en las caras externas y núcleo de cascajo, todo trabado con barro. Queda algún resto del remate, que consistió en un recrecido de adobes o tapias, así como algunos sectores con revoco enlucido de cal. El terreno en la base de la muralla se afirmaba mediante pequeñas terrazas o bancales de piedra y un relleno de tierra apisonada. Al interior del poblado se aprecia un complejo de casas y calles de trazado ortogonal, del que se ha excavado en extensión una franja en dirección E O que muestra un área organizada urbanísticamente desde el s. VI a. C.
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