sábado, 19 de noviembre de 2011

Comunicado "Viaje al Tiempo de los Iberos"

Estáis todos invitados el miércoles día 23 de noviembre, a las 19.00 h en el Museo de Jaén, a la proyección del audiovisual del Viaje al Tiempo de los Iberos. El video cuenta con recreaciones de cómo fueron los yacimientos ibéricos de Jaén de hace 2.500 años. El marco será inmejorable, en el Museo de Jaén en la sala ibérica del El Pajarillo….esperamos tu asistencia.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Nuevos trazos de la vida en Cástulo

Como resultado de las excavaciones que se realizan en el yacimiento arqueológico de Cástulo se han hallado una serie de moluscos que permiten profundizar y conocer la vida la antigua ciudad iberorromana durante el denominado Bajo Imperio. Piezas que se suman a la exposición del Museo Arqueológico de Cástulo.

“Presentamos una vitrina donde se encuentran piezas que nos permiten ampliar la información sobre Cástulo. Se trata de una serie de moluscos que, gracias a la investigación de la Sociedad Jiennense de Historia Natural, nos permiten conocer mucho mas sobre la vida cotidiana, en este caso sobre la fauna, lo que comían o cómo llegaron ahí”, aseveró la delegada de Cultura, Mercedes Valenzuela, en el Museo Arqueológico de Cástulo, donde se muestran los nuevos hallazgos.

Las piezas encontradas durante las excavaciones que se realizan en la antigua ciudad iberorromana a través del proyecto “Forum MMI” para sacar a la luz el centro histórico del yacimiento dan muestra del trabajo multidisciplinar realizado y posibilitan adentrarse en la historia del asentamiento. “De ahí la importancia de la arqueología y de estudiar todo aquello que nos ofrece una rica ciudad como fue Cástulo”, agregó.

“Este tipo de estudios ayuda en prospecciones arqueológicas. Se estudia también la fauna, los huesos y todo lo que aparece en la excavación, y de un tiempo a esta parte se trabaja, con la misma técnica de flotación de las semillas con la que se extraen moluscos, para conocer las plantaciones, o los carbones que dan cuenta de los árboles, para conocer el ambiente en el que se vivía en esa época”, aseveró, por su parte, Antonio Tudela, presidente de la Sociedad Jiennense de Historia Natural.

En concreto, los moluscos encontrados se dividieron en tres grupos principales: marinos, terrestres y de agua dulce. A su vez, se realizó una nueva segregación entre los que se podían comer, como las ostras, lapas, cañaíllas o berberechos grandes, y los que no. “Llama la atención encontrar estos restos marinos en una zona tan de interior en el Bajo Imperio”, subrayó Tudela.

En este sentido, apuntó a que entre los romanos en esa época —y en el caso de Cástulo los habitantes romanizados— de clase dominante y con más poder adquisitivo, les gustaba el consumo de ostras que traían desde la costa: “Lo que nos cabe duda es de cómo lo hacían. Suponemos que sería por el río, por donde salían y entraban todas las mercancías, porque en el caso de venir desde las costas de Cádiz, por ejemplo, llegarían después de estar entre cinco y seis días en tanques con agua marina para mantenerlas vivas. Hay métodos de conservación de la ostra, la lapa, la cañaílla o el berberecho muy antiguos”.

Entre los terrestres encontrados, más comunes, hay muestras de cabrillas, el caracol de sierra y la cachucha, y también se encontraron dos especies de agua dulce, indicadoras de la presencia de agua bastante limpia, lo que viene a demostrar que en la época del Bajo Imperio, que es de cuando proceden, el río bajaba en unas condiciones muy aceptables.

Además, hallaron otras especies terrestres que indican que, aunque “biogeográficamente” la ciudad de Cástulo se encontraba en la región mediterránea como hasta ahora, había una cierta diferencia en la humedad, “lo que demuestra que entre los siglos IV y V o llovía más o el ambiente era mucho más húmedo”. Así, poco a poco, los restos que ven la luz en el yacimiento complementan los datos conocidos hasta el momento

lunes, 7 de noviembre de 2011

Inminente apertura del centro de interpretación de la tumba de Toya

Los días están contados. Quedan dos semanas para que, después de cuatro años, abra sus puertas, en Peal de Becerro, el centro de interpretación de la tumba principesca de Toya. Un espacio museístico cuidado al detalle para que el visitante viaje en el tiempo a la remota época ibera.

Incineraban los cuerpos de sus muertos y, en el ritual de la cremación, sofocaban con vino el fuego de la pira en la que se consumían los cadáveres. Sin embargo, en un mundo fuertemente estratificado y jerarquizado, ni siquiera la muerte tenía potestad para igualar a los hombres. Si en el antiguo Egipto las pirámides estaban reservadas para el faraón, en el apasionante mundo ibero las cámaras funerarias eran un privilegio arquitectónico, construido en piedra y semienterrado en cúmulos montañosos, limitado a una élite reducida de guerreros y príncipes, como el de Toya, en el término municipal de Peal de Becerro.
Datada en el siglo IV antes de Cristo, el complejo principesco de Toya es la puerta de entrada al escenario funerario de una cultura sorprendente alrededor de la que, todavía hoy, giran demasiadas incógnitas. Estudiarlas y transmitirlas, después, a la ciudadanía es la principal misión de esos diseccionadores de la historia que son los arqueólogos, pero también es el objetivo de recursos museísticos como el que, en un par de semanas, abrirá sus puertas en el municipio de Peal. Un centro de interpretación en el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle para que autóctonos y extranjeros descubran no solo el ritual funerario seguido en la Península Ibérica durante los siglos VI y IV antes de Cristo, sino también el misterio que envuelve la tumba de Hornos, la historia del hallazgo de la Cámara de Toya y el paso a paso del impecable trabajo arqueológico realizado a lo largo de décadas.
Acoplado a la perfección en el casco antiguo de Peal de Becerro con el objetivo de mantener el equilibrio paisajístico y arquitectónico del lugar, el centro de interpretación de Toya es un plus a la tumba principesca que a tantos turistas atrae cada año, y llega cuatro años después de que comenzara la obra civil. Los trabajos —explica la alcaldesa, Juana Pérez (PSOE)— terminaron hace un año y medio aproximadamente y durante todo este tiempo se ha realizado una eficiente "musealización" que consigue enganchar al visitante a los misterios de un pueblo autosuficiente del que derivó una cultura fascinante.


Pero, por si esto fuera poco, al binomio tumba-centro de interpretación se suma un tercer espacio, el centro de recepción de Toya, ubicado a los pies de la loma en la que se edificó la cámara funeraria. Los tres conforman un trío cultural con el que el equipo de Gobierno pealeño que coordina Juana Pérez pretende incrementar el número de turistas que visitan Peal. "Con que pase un diez por ciento de la gente que va a Cazorla me doy por satisfecha", confiesa la política socialista.